LA LEY DEL ESPEJO EN LA ASTROLOGÍA
por Juan Carlos Pons López
¡Saludos Estimados lectores! Esta semana traigo ante ti una correspondencia astrológica entre lo que en las terapias psicoanalíticas se conoce como la Ley del Espejo y de qué manera a través de la Astrología podemos tener una excelente herramienta para entenderla y aplicarla con mayor éxito. ¿Te interesa el tema? ¡Acompáñame!
Iniciemos desde el principio. ¿Qué es la Ley del Espejo? La Ley del Espejo es una Enseñanza de las Culturas Ancestrales del planeta y que es desarrollada en la ciencia a través de la psicología y el psicoanálisis.
La Ley del Espejo se deriva del Hermetismo, ya que uno de los ya famosos Principios Herméticos “Como Afuera es Adentro, como Adentro es Afuera” que puedes encontrar en la obra “El Kybalión”, antiguo manual de Sabiduría Egipcia que recoge las Enseñanzas de Hermes Trismegisto, sirve de sustento filosófico a esta Ley del Espejo.
¿Cuáles son entonces los postulados de esta Ley? ¿Para qué nos sirve? ¿Qué relación hay con la Astrología? Con un poco de paciencia, iré desarrollando respuestas a estas preguntas.
La Ley del Espejo postula:
1.- Todo aquello que me molesta, que critico, juzgo o quiero cambiar en el otro, está dentro de mí y me corresponde cambiarlo en mí, no querer cambiarlo en el otro.
2.- Todo lo que al otro le molesta de mí, que me critica, me juzga o quiere cambiarlo en mí y que a mí me molesta, está reprimido en mí y me conviene des-ocultarlo para resolverlo en mí.
3.- Todo lo que me gusta y amo en el otro, también está dentro de mí.
4.- Todo lo que al otro le molesta de mí, me critica, me juzga o quiere cambiar en mí, si a mí no me molesta, le pertenece al otro des-ocultarlo para resolverlo en él si así lo desea.
Como ves, La Ley del Espejo requiere de la suficiente Humildad para reconocerte en falta y capacidad de auto-indagación.
Cuando aplicas esta ley, no obtendrías buenos resultados si deseas hacer un análisis muy lineal o carente de profundidad. Por ejemplo, no significa que si veo a alguien robando en una tienda, y me molesta, signifique que seré capaz de robar una tienda. Tampoco que si veo a un amigo que es infiel a su esposa, y me molesta, yo también lo sea. No funciona de esa manera tan directa como por igualdad exacta.
Cada caso es diferente e individual, sin embargo para explicarlo de forma general, ponte en los dos casos que anteriormente usé como ejemplo y recorramos el postulado 1. Si ves al ladrón en la tienda, y te molesta que él robe, lo criticas o lo juzgas, tal vez puedes estarte robando a ti mismo: tiempo para disfrute, espacios de intimidad con tu pareja, tal vez es dedicarte por entero a los demás y robarte tu propia vida, o tal vez envidias en el otro que tenga la valentía para hacer algo que tú quisieras hacer pero que no te atreves. No cambies al ladrón, auto-indágate y cámbialo en ti. Claro, si Gustas también puedes llamar a la policía, por supuesto.
Si a alguien le molesta, te critica o te juzga porque llevas la vida según él con demasiada pasividad, y a ti te molesta que él te critique eso, porque según tú te sacrificas mucho trabajando, pues tal vez muy en el fondo tú mismo te criticas este aspecto en ti interiormente, piensas que podrías ser más activo, o por el contrario, te criticas que te esfuerzas demasiado. Ahora, si a ti no te molesta en absoluto es tema del otro, y así él lo trabajará en él mismo, si Gusta, por supuesto.
Si en el otro amas su responsabilidad, su ternura, su manera de relacionarse, su habilidad en el manejo de los negocios, su capacidad de oratoria… todo eso, todo eso está en ti.
¿Por qué funciona la Ley del Espejo? Muy simple: si ves algo afuera, y puedes reconocerlo y nombrarlo, es porque dentro tuyo ya existe. No puedes reconocer ni nombrar algo que para ti no existe. ¿Cómo podría un humano de 1.819 y que hiciese un viaje en el tiempo hasta 2.019, reconocer un televisor, un celular, una nevera? Simplemente, no sabría qué es.
Esta Ley del Espejo es de enorme ayuda en el desarrollo personal. Identificando y cambiando nuestros defectos, nuestras fallas, nos habilitamos a conseguir aquello que deseamos y que actuar esta falla te impide lograr.
Por ejemplo, conocí a una propietaria y rectora de una universidad privada que criticaba con gran soberbia a los políticos gobernantes en su país por tener una visión de la vida en escasez en lugar de en abundancia como ella quería cambiar en el otro. El Universo te enseña en este caso a ser más humilde cuando más adelante en el tiempo por la crisis económica en su país para poder sostenerse económicamente hubo de venderle el 75% de las acciones de la universidad a un militante del partido político que adversaba con gran soberbia. No es un castigo del Universo, es una Enseñanza para ella. No se trataba que tuviese o no razón, de hecho tenía razón que estos políticos tenían una visión del mundo escasa. Más nunca hizo lectura: ¿esto, a mí que me espeja? porque su soberbia y excesivo sentido de la importancia personal le bloqueaban en acceso a la humildad y auto-indagación que requería para resolver la situación en ella.
Y ahora, el puente con la Astrología.
A través de la carta astrológica, vemos en ella un eje llamado “Ascendente-Descendente” que son los puntos donde inician la casa I (Ascendente) y la casa VII (Descendente). Estos puntos representan: el Ascendente, mi yo, y el Descendente, el otro. Como están en signos opuestos casi siempre, revelan la dialéctica o polarización que creamos cuando asumimos una personalidad (Ascendente) ya que todo aquello que decidimos no ser queda “guardado en la sombra” y es lo que vemos en los demás. Es nuestro complemento entonces la casa VII.
Por ejemplo, el Ascendente Aries suele mostrarse como enérgico, líder, valiente; también como impulsivo y mandón. Cuando observa en el otro, su espejo, Libra, puede criticarle que lo ve muy acomodaticio, demasiado demagogo, diciendo lo que los otros quieren escuchar para no tener que enfrentarse al otro, o verlo como un cobarde refugiado en sus pinturas, el arte o la música. En este caso ejemplo, si esto molesta al Ascendente Aries es porque tendrá que trabajarse el ser más activo, o decir las cosas de forma más directa, o desarrollar más su valentía. Como te dije, son generalidades, cada caso es único y puede ser observado en una carta natal astrológica.
Otro ejemplo, Ascendente Tauro que critica y le molesta del otro que es demasiado terco, radical, extremista y sarcástico, es porque ve en el otro en el Descendente al signo de Escorpio. Si quiere cambiarlo para hacerlo más dulce, a su imagen y semejanza, es porque quizá a él le falte desarrollar más este aspecto en sí mismo.
Si te ha gustado este artículo, puedes ver y escuchar mi más reciente producción en La Caja de Pandora respecto de este tema, y si deseas una consulta puedes contactarme, mis datos de contacto están más abajo.
https://www.youtube.com/watch?v=cJORH9GZgAU
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por Juan Carlos Pons López
¡Saludos Estimados lectores! Esta semana traigo ante ti una correspondencia astrológica entre lo que en las terapias psicoanalíticas se conoce como la Ley del Espejo y de qué manera a través de la Astrología podemos tener una excelente herramienta para entenderla y aplicarla con mayor éxito. ¿Te interesa el tema? ¡Acompáñame!
Iniciemos desde el principio. ¿Qué es la Ley del Espejo? La Ley del Espejo es una Enseñanza de las Culturas Ancestrales del planeta y que es desarrollada en la ciencia a través de la psicología y el psicoanálisis.
La Ley del Espejo se deriva del Hermetismo, ya que uno de los ya famosos Principios Herméticos “Como Afuera es Adentro, como Adentro es Afuera” que puedes encontrar en la obra “El Kybalión”, antiguo manual de Sabiduría Egipcia que recoge las Enseñanzas de Hermes Trismegisto, sirve de sustento filosófico a esta Ley del Espejo.
¿Cuáles son entonces los postulados de esta Ley? ¿Para qué nos sirve? ¿Qué relación hay con la Astrología? Con un poco de paciencia, iré desarrollando respuestas a estas preguntas.
La Ley del Espejo postula:
1.- Todo aquello que me molesta, que critico, juzgo o quiero cambiar en el otro, está dentro de mí y me corresponde cambiarlo en mí, no querer cambiarlo en el otro.
2.- Todo lo que al otro le molesta de mí, que me critica, me juzga o quiere cambiarlo en mí y que a mí me molesta, está reprimido en mí y me conviene des-ocultarlo para resolverlo en mí.
3.- Todo lo que me gusta y amo en el otro, también está dentro de mí.
4.- Todo lo que al otro le molesta de mí, me critica, me juzga o quiere cambiar en mí, si a mí no me molesta, le pertenece al otro des-ocultarlo para resolverlo en él si así lo desea.
Como ves, La Ley del Espejo requiere de la suficiente Humildad para reconocerte en falta y capacidad de auto-indagación.
Cuando aplicas esta ley, no obtendrías buenos resultados si deseas hacer un análisis muy lineal o carente de profundidad. Por ejemplo, no significa que si veo a alguien robando en una tienda, y me molesta, signifique que seré capaz de robar una tienda. Tampoco que si veo a un amigo que es infiel a su esposa, y me molesta, yo también lo sea. No funciona de esa manera tan directa como por igualdad exacta.
Cada caso es diferente e individual, sin embargo para explicarlo de forma general, ponte en los dos casos que anteriormente usé como ejemplo y recorramos el postulado 1. Si ves al ladrón en la tienda, y te molesta que él robe, lo criticas o lo juzgas, tal vez puedes estarte robando a ti mismo: tiempo para disfrute, espacios de intimidad con tu pareja, tal vez es dedicarte por entero a los demás y robarte tu propia vida, o tal vez envidias en el otro que tenga la valentía para hacer algo que tú quisieras hacer pero que no te atreves. No cambies al ladrón, auto-indágate y cámbialo en ti. Claro, si Gustas también puedes llamar a la policía, por supuesto.
Si a alguien le molesta, te critica o te juzga porque llevas la vida según él con demasiada pasividad, y a ti te molesta que él te critique eso, porque según tú te sacrificas mucho trabajando, pues tal vez muy en el fondo tú mismo te criticas este aspecto en ti interiormente, piensas que podrías ser más activo, o por el contrario, te criticas que te esfuerzas demasiado. Ahora, si a ti no te molesta en absoluto es tema del otro, y así él lo trabajará en él mismo, si Gusta, por supuesto.
Si en el otro amas su responsabilidad, su ternura, su manera de relacionarse, su habilidad en el manejo de los negocios, su capacidad de oratoria… todo eso, todo eso está en ti.
¿Por qué funciona la Ley del Espejo? Muy simple: si ves algo afuera, y puedes reconocerlo y nombrarlo, es porque dentro tuyo ya existe. No puedes reconocer ni nombrar algo que para ti no existe. ¿Cómo podría un humano de 1.819 y que hiciese un viaje en el tiempo hasta 2.019, reconocer un televisor, un celular, una nevera? Simplemente, no sabría qué es.
Esta Ley del Espejo es de enorme ayuda en el desarrollo personal. Identificando y cambiando nuestros defectos, nuestras fallas, nos habilitamos a conseguir aquello que deseamos y que actuar esta falla te impide lograr.
Por ejemplo, conocí a una propietaria y rectora de una universidad privada que criticaba con gran soberbia a los políticos gobernantes en su país por tener una visión de la vida en escasez en lugar de en abundancia como ella quería cambiar en el otro. El Universo te enseña en este caso a ser más humilde cuando más adelante en el tiempo por la crisis económica en su país para poder sostenerse económicamente hubo de venderle el 75% de las acciones de la universidad a un militante del partido político que adversaba con gran soberbia. No es un castigo del Universo, es una Enseñanza para ella. No se trataba que tuviese o no razón, de hecho tenía razón que estos políticos tenían una visión del mundo escasa. Más nunca hizo lectura: ¿esto, a mí que me espeja? porque su soberbia y excesivo sentido de la importancia personal le bloqueaban en acceso a la humildad y auto-indagación que requería para resolver la situación en ella.
Y ahora, el puente con la Astrología.
A través de la carta astrológica, vemos en ella un eje llamado “Ascendente-Descendente” que son los puntos donde inician la casa I (Ascendente) y la casa VII (Descendente). Estos puntos representan: el Ascendente, mi yo, y el Descendente, el otro. Como están en signos opuestos casi siempre, revelan la dialéctica o polarización que creamos cuando asumimos una personalidad (Ascendente) ya que todo aquello que decidimos no ser queda “guardado en la sombra” y es lo que vemos en los demás. Es nuestro complemento entonces la casa VII.
Por ejemplo, el Ascendente Aries suele mostrarse como enérgico, líder, valiente; también como impulsivo y mandón. Cuando observa en el otro, su espejo, Libra, puede criticarle que lo ve muy acomodaticio, demasiado demagogo, diciendo lo que los otros quieren escuchar para no tener que enfrentarse al otro, o verlo como un cobarde refugiado en sus pinturas, el arte o la música. En este caso ejemplo, si esto molesta al Ascendente Aries es porque tendrá que trabajarse el ser más activo, o decir las cosas de forma más directa, o desarrollar más su valentía. Como te dije, son generalidades, cada caso es único y puede ser observado en una carta natal astrológica.
Otro ejemplo, Ascendente Tauro que critica y le molesta del otro que es demasiado terco, radical, extremista y sarcástico, es porque ve en el otro en el Descendente al signo de Escorpio. Si quiere cambiarlo para hacerlo más dulce, a su imagen y semejanza, es porque quizá a él le falte desarrollar más este aspecto en sí mismo.
Si te ha gustado este artículo, puedes ver y escuchar mi más reciente producción en La Caja de Pandora respecto de este tema, y si deseas una consulta puedes contactarme, mis datos de contacto están más abajo.
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